domingo, 12 de enero de 2014

Fiebre de sábado noche.

Cuando me he levantado hoy lo primero que he pensado ha sido que ojalá  hubiese pasado ya. Bueno eso y un "tierra,trágame" que ha hecho que salir de la cama costase bastante más. Porque ahora lo pienso y creo que nunca ha sido más cierto eso de que "lo que ocurre por las noches es imposible que ocurra de día", de verdad lo digo.

Porque hasta ayer estaba nerviosísima pensando en si sería capaz de tener una conversación normal contigo, pero conforme se fue acercando la noche tú empezaste a hablarme como siempre, parecía que no había pasado nada, que volvíamos a Diciembre. Y no voy a mentir, te lo agradezco. Todo volvía a ser de la forma más natural posible, era impensable ser antipática porque tú estabas con tu tono de siempre. Hasta me dijiste de vernos, y no me lo esperaba en absoluto. Dado que los dos sabíamos que esa noche iba a ser raro el reencuentro, ninguno preguntó por el plan del otro. 

Y, tal y como había dicho, conforme se iba acercando la hora, empecé casi a temblar, y no exagero. Pero la noche confunde, y el alcohol hizo su efecto. Sin buscarlo, nos vimos discutiendo por primera vez. Primera vez y por teléfono, ¿puede ser peor?Empezó por mi culpa, fue la primera vez que te llamé y estabas molesto. En ese momento no lo entendía, me daba muchísima rabia la situación, pero eso es lo malo de estas "nuevas tecnologías": una vez que lo has escrito, la otra persona lo lee al segundo. Olvídate de segundas oportunidades; lo escrito escrito está. Y ahora me imagino cómo debiste quedarte al leerlo, porque yo hubiese puesto la misma cara que tú. Y me fui a casa pensando en qué maldito momento todo se había vuelto a torcer tanto.. Porque tú lo habías fastidiado todo, a mí me tocó aguantarme. Luego vinieron tus tremendos quebraderos de cabeza, y ahí ya me perdí del todo. No sé si te diste cuenta o no, si sólo lo hiciste por aburrimiento, o si ya te has aclarado algo; pero luego hiciste que volviésemos a ser los de siempre. 

En la cuerda floja; eso hubiese dicho si alguien me preguntase cómo estábamos. Y en ese momento en que lo único que podíamos hacer era intentar que nada estropease esa normalidad, voy yo y la monto. Sí, llámame de todo; porque no tenía por qué haberme puesto así. Quizá aparentemente podía, pero entre nosotros sé que no venía a cuento. 

Cuando me he levantado hoy he pensado que hasta aquí habíamos llegado. Cuando dos horas más tarde he visto que tú ya lo habías olvidado me he dado cuenta de que sí que se puede. Nos conocemos desde hace relativamente poco, pero me da la sensación a veces de que es mucho más. Porque ahora puedo decir que, mientras estés aquí, no me imagino sin saber de ti, porque cuánto más te conozco más me enganchas. No sé hacia dónde, y cada día parece que quiero una cosa distinta pero, hoy por hoy, aquí seguimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario