lunes, 26 de enero de 2015

Nuestra pequeña historia.

"Me acuerdo de esa vez. Me acuerdo como si fuese ayer, y mira que han pasado unos cuantos años ya. Me acuerdo de decirle a mi amiga que quería conocerte, que teníamos que idear algo para poder coincidir. Cosas de niñas (y no tan niñas) que todavía río al recordar. La ocasión se presentó pronto, tuvimos suerte. Y digo tuvimos porque lo sabes, tú también la tuviste, y sé que me lo has dicho más de una vez, aunque a veces hagamos como que nos odiamos. Pero ese fue siempre nuestro juego. De eso también me acuerdo.
 
Y ¿sabes? Hay ratos en que te recuerdo. Te echo de menos; pero es curioso, no volvería a esos años. Me acuerdo de ti y sonrío mirando al pasado, pero estoy contenta de donde estoy ahora. Supongo que en el fondo no hubiésemos funcionado, éramos como dos polos positivos (o negativos, que sé que te gustaba más) incapaces de atraerse. Pero lo intentábamos, una y otra vez. Y aunque con cada intento nuestros campos de fuerza se alejaban cada vez más, seguíamos probando. Que por intentarlo no sea, nos decíamos. Y sí, teníamos razón. Creo que por eso te sonrío hoy. Porque lo intentamos tanto, que me quedé tranquila; sé que más sería romperse por dentro.
 
Me acuerdo de esos paseos, muertos de frío, yo deseando que volviese a nevar, y así tener una excusa para jugar un rato, sin trampas. Me acuerdo de cada canción que me enseñaste, a día de hoy están en mi lista de `Mis preferidas´ del iPod. Me acuerdo de cómo y cuánto te decía que, cuando te fueses, no te echaría de menos. Cuánto me equivoqué."

sábado, 24 de enero de 2015

Todos somos un poco mitad héroes- mitad cobardes.

Hay gente que te invita a pensar. Te sientas a su lado y el tiempo se pasa volando, y cuando sales de ahí sientes que te conoces un poco mejor a ti misma. Me gustan ese tipo de amigas, y tengo la suerte de poder estar mil horas hablando y tener la sensación de verme reflejada en un espejo; de tema en tema yo me doy cuenta de que hay cosas en las que nunca había pensado. Ayer, sin ir más lejos, mi amiga de repente soltó "Creer en el destino es de cobardes... ¿Tú crees en el destino?" No voy a mentir, creo que nunca me lo había planteado, pero me pareció demasiado decir que "es de cobardes". Y mi amiga me explicaba que no podemos echar la culpa al destino de aquello que nos pasa, que no podemos ir por la vida pensando que todo está escrito; lo que nos ocurre son sólo las consecuencias de nuestros actos. "Una cosa es creer en la casualidad y otra muy distinta es pensar que eso es el destino".
 
Y me convenció. Si la conocieseis me entenderíais, tiene una fuerza en la voz que siempre le digo que si se lo propone podría mover montañas. Y sí, me di cuenta de que sí que creo en la casualidad. Que hay coincidencias que pueden alegrarte los días, otras que hacen que las personas se unan.
 
Y volviendo a casa pensaba que entre tú y yo siempre había demasiadas casualidades, pero que lo que pasó nos lo buscamos nosotros mismos. Que cada paso que dábamos, hacia delante o hacia atrás, nos dirigía hacia donde estamos ahora. Pero fue por nosotros, nada más. Y puede que nos guste más o menos, pero tenemos que reconocer que no es culpa de nadie (ni del destino) si algo acaba o vuelve a empezar. Es muy cómodo y nos libera en parte pensarlo, pero no. Tú sola vas construyendo tu propio camino, y probablemente cuanto antes te des cuenta, antes empezarás a poner más empeño en él.
 
Para ti, que aunque llegaste hace poco, y por más que hay gente que no entiende nuestra amistad, tienes la capacidad de dejarme pensando siempre en algo nuevo. Por esas mentes despiertas que consiguen convertir cinco horas en una. Por los caracteres que, pareciendo opuestos al principio, acaban alcanzando un punto de conexión que te dejan con ganas de más.
 
`No somos cobardes, sólo es que no hemos encontrado todavía nuestro coraje´(M.B.)

domingo, 18 de enero de 2015

Reflexiones y desahogos de domingos.

¿Sabes? Es raro. No me acostumbro a esto de saber de ti cada tres o cuatro días, pero sólo superficialmente, "no vaya a ser que hablemos más de la cuenta y pienses que nos va a hacer daño"... En fin, creo que después de tanto tiempo conmigo todavía no me conoces del todo.
 
No sabes el daño, sí, daño, que me hace saber de ti de una manera tan absurda. Yo no soy persona de medias tintas. Si me interesa alguien, me intereso hasta el extremo, sino directamente ni le pregunto. Puede sonar un poco antipático, pero no me gusta eso de "quedar bien". Por eso esta novedad de hablar contigo, haciendo que somos nuevos amigos, me incomoda bastante.
 
1. Tú y yo no somos amigos, y nunca vamos a llegar a serlo.
2. Me gustaría que no hicieses uso de tu amabilidad tan forzada; te conozco, y se te nota.
3. Los amigos normalmente se interesan por la vida del otro, no se dedican a mandarse tres frases absurdas cada cuatro días, mil emoticonos incluidos, y considerar que tienen una relación incomparable especial al resto.
 
Creo que ya me he desahogado bastante por hoy. Es domingo, y estamos en período de exámenes...se nota, ¿no?