domingo, 29 de diciembre de 2013

Desde fuera.

Hay muchas veces que nos hace falta una opinión de fuera, de alguien que nos conoce y que ve las cosas con un enfoque diferente. Reconozco que siempre he ido un poco a mi bola en estas cosas, que basta con que alguien me diga algo para que yo acabe haciendo todo lo contrario. Nunca me ha costado reconocer cuando me he equivocado, cuando por cabezonería y llevar la contraria me he estampado contra el muro más grande que había en el camino. Pero cada uno es como es, y con veintidos años creo me cuesta imaginarme de otra manera.

Estos días me he dado cuenta de cuánto nos hace falta la opinión de los demás. No sólo por sentirnos un poco comprendidos, o porque alguien nos escuche durante más de cinco minutos; creo que cualquiera necesita escuchar distintas interpretaciones de una misma historia, oír consejos (mejores o peores) de gente que nos aprecia, y que quizá por experiencias de la vida sabe más que nosotros.

No me importa decirlo: GRACIAS. Te lo creas o no, tus palabras me hicieron verlo todo de otra manera. No sé si estaba equivocada o no, pero a partir de ahora (y entre uno de mis muchísimos propósitos de Año Nuevo) prometo no preocuparme tanto. No he sido consciente hasta ahora de lo poco que podemos saber sobre qué querremos mañana, así que bye bye planes.

Sé muy bien que no me hace falta que sea el primer día de otro año para empezar con este "nuevo yo", pero dejadme dos días más así, que ya todos sabemos que cambiar la mentalidad cuesta, ¡y mucho! ;)

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