Porque
cerrar puertas cuesta, y mucho. Siempre es mas fácil dejarse llevar,
apartar la razón a un lado y vivir cada segundo como si fuese el último.
Pasar página con un dedo, pero sujetando con el otro por si acaso, para
que el capítulo no acabe nunca; esa soy yo. Pero gracias a ti ya tengo
propósito de Año Nuevo bien claro; perder el miedo al folio en blanco,
empezar historias nuevas, porque sí que creo que lo mejor está por
llegar. Nunca pensé que te diría esto, pero gracias. Me has abierto los
ojos, y aunque tomar la decisión cuesta, ahora lo tengo claro.
Bienvenido 2014, te espero con ganas.
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