sábado, 16 de noviembre de 2013

Volver a ser un niño.

Me asusto a veces viendo cómo van cambiando las cosas. Lo mires por donde lo mires; la gente viene y va, las relaciones no son las mismas.. Y pensaréis que soy bastante ilusa si pretendo que las personas no cambien con el paso del tiempo. Pues sí oye, que le vamos a hacer. Soy una ilusa de los pies a la cabeza. Mi madre siempre me dice que a ver cuando bajo de mi nube, que en la vida no es todo de color de rosa. Sin embargo, tengo 22 años y me niego a conventirme en uno de esos que nunca tienen ilusión por nada, que todo lo aceptan tal y como viene. Siempre fui un poco "defensora de causas pérdidas" (que suena muy bonito pero luego te la acabas pegando, no os creáis), pero me gusta pensar que hay determinadas cosas de la vida en las que el tiempo no pinta nada de nada.

Me encantaría mantener siempre la ilusión de un niño pequeño. Esa cara de emoción cuando descubren algo, la capacidad para imaginarse mundos paralelos que a nosotros los mayores nos suenan ridículos mientras los vamos contando, o ese amor incondicional que sienten por todo, desde su peluche preferido hasta su madre, su hermano o su compañero de aventuras de la guardería. Imaginad que tuviésemos esa ilusión para todo, que cuando nos enfadásemos con una amiga nuestra pusiésemos todo el empeño del mundo en arreglarlo, porque realmente creemos que esa amistad es imprescindible, que da igual todos los baches que vengan, que con ella saltarlos va a ser mucho más fácil. Imaginad por un momento que nos esforzásemos al 200% en cada relación, que nunca nos cansásemos de la otra persona, que estuviésemos dispuestos a darlo todo, siempre, que nunca tirásemos la toalla.

Yo sé que hay gente que es así, que no soy un bicho raro que sigo creyendo en estas cosas. La pena es que cada vez quedamos menos. Es mucho más cómodo no esforzarse, dejar que la gente entre y salga de tu vida, asumir que todo es pasajero y que ningún tipo de relación en la vida puede durar eternamente. Así que desde aquí solo puedo brindar por aquellos que nunca se rinden, que aunque alguna vez caigan sean capaz de levantarse ellos solitos, que aunque tengan mal ojo y se fijen en la persona equivocada nunca pierden la esperanza y siguen pensando que alguna vez encontrarán su para siempre.

Hoy es sábado, así que sin dudarlo esta noche brindaré por todos nosotros, para que nadie quiera hacernos bajar de nuestra nube, que ahí arriba se vive muy, pero que muy bien. 






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