jueves, 3 de abril de 2014

Que te apetezca.

Tener ganas. GANAS, en mayúsculas. Porque nada me parece más importante, y creo que es lo único que te hace querer intentar algo, esforzarte por alguien.

En los últimos días he visto que, suena muy mal y hasta un poco "maleducado", pero que todo es cuestión de que algo o alguien te apetezca. No cuenta mucho lo que la razón te diga, o lo que creas que es conveniente; si le tienes ganas a alguien nada de lo anterior va a pasarte por la cabeza.

Y después de darme cuenta de esto me ha dado por pensar por qué tantas veces nos apetece alguien que en el fondo sabes que va a traerte más quebraderos de cabeza que nadie, que puede que lo acabes pasando mejor de lo que te va a dar tiempo a disfrutarlo, que hay historias en la vida que no pueden ser. No pueden ser, y punto.

 Si alguien sabe la respuesta que me la diga, por favor. Creo que sabiendo esto dejaría de imaginarme un futuro para historias imposibles, o ya no estaría pensando continuamente que los imposibles no existen. Porque en ese momento estaría ganando por primera vez la razón al corazón, y puede que eso a veces no sea tan malo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario