domingo, 18 de mayo de 2014

`Quédate a mi lado´

No te creas que me he olvidado, todavía me acuerdo de ti. 

De las discusiones interminables, en las que tú eras negro y yo blanco, en las que el único remedio era o matarnos a golpes o comernos a besos. De nuestros planes para el futuro; tú vivirías en el norte, en una casa a las afueras de la ciudad, y tu plan preferido sería leer el periódico con el mar de fondo, y yo me enfadaba porque nunca entraba en ellos. Y te reías. Eso es de lo que más me acuerdo. De cómo nos reíamos a carcajadas, sin ningún motivo, sólo por la ilusión de estar juntos, y la sensación de que algo así no podía acabar nunca. 

De las veces que apostábamos quién cocinaba mejor, y acabábamos uniendo la comida con la cena, salvo los domingos en los que volvíamos a repetir `La vida es bella´o ´Quédate a mi lado´, cantando a voz en grito la canción, y tú mirando para otro lado para que no te viese llorar. Soy un chico duro, eso decías. 

De las noches de fiesta, de ese hacer que no nos veíamos para ver quién era el primero que se acercaba a saludar. Fuimos así, todo era como un juego. "La vida hay que tomársela a broma, no sirve de nada preocuparse, todo acaba saliendo bien". Y yo te creía. 

Que me hubiese ido al fin del mundo si me lo hubieses pedido. Que para ti nunca nada era suficiente para demostrarme lo que me querías. Éramos así. Y fíjate ahora, ¿dónde quedaron todas esas promesas?  Tiramos tanto de la cuerda que al final entre nosotros se interpuso la falta de ganas, y la curiosidad por vivir solos. Murió esa ilusión que antes te sacaba la sonrisa por las mañanas. Se acabaron las llamadas a deshora, y llegó el silencio.


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