viernes, 12 de diciembre de 2014

ERROR.

Porque hay batallas que sabes que están perdidas antes incluso de que empiecen. Y aún así luchamos, con todas nuestras fuerzas. No sé qué pensáis vosotros, pero para mí hace falta demasiada valentía para quedarse ahí, al pie del cañón. Porque lo más fácil, muchas veces, es recoger tus bártulos y marcharte. A donde sea. Y no podemos culpar a nadie por hacer eso. A ninguno nos gusta tener que reconocer que la cosa no nos ha salido bien. Pero por eso mismo creo que la gente que no tiene miedo a decir que no ha conseguido lo que quería, que apostó todo a doble o nada y perdió, se merece un premio mucho mayor que aquellos que sí que lo consiguen.

Por eso no puedo culparte. Pero por eso mismo también estoy muy tranquila conmigo misma. Porque los dos fuimos como una moneda que se lanza al aire, nos la jugamos a la suerte. Tú cara, yo cruz; invertimos los papeles. Decidiste que sufrir te daba demasiado miedo, y ahí fue donde dejé de reconocerte. Porque se suponía que la de la poca paciencia y las ganas de salir corriendo siempre fui yo. Y, sin embargo, me quedé. Aguanté mucho, mientras iba detrás de ti. Una de cal y otra de arena, así funcionamos demasiado tiempo. Y me convencía  a mí misma de que la gente podía cambiar, que yo podía cambiarte. ERROR. La gente no cambia, sólo aprende a comportarse de una cierta manera durante un período de tiempo. Lo tengo más claro que nunca. Por eso, cuando me di cuenta de que no quería estar ni un minuto más pisando las huellas de nadie, saqué el valor de dónde no sabía que lo tenía, y me marché. Y me costó más que nada que había hecho hasta ahora, quizá porque hasta ahora no había dado tanto por alguien. 

Pero, igual que reconozco que me cuesta horrores cerrar un capítulo, te digo que no voy a mirar atrás. Que se acabó ya esto de dar pena por tu parte, que yo no funciono así. Te di mil y una oportunidades para hacer las cosas bien, pero ahora ya no. Y me cuesta, pero debo seguir sin ti. Y no soy dura, ni mala, ni fría; simplemente intento volver a ser yo, sin ti. Espero que lo entiendas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario