martes, 2 de diciembre de 2014

De arte y artistas.

El amor es un arte. Eso está claro. Y hay a quién se le da bien, quién sabe crearlo y darle forma, evitando que se rompa, y aquellos otros que lo intentan pero se quedan por el camino.

Mientras pensaba esto me daba cuenta de las mil maneras que hay de querer. A cada uno nos hace feliz una cosa, y probablemente en un grupo de amigas a cada una nos gusta un "tipo de chico". No me refiero al físico, sino a la manera en que nos traten. Pero he llegado a la conclusión de que, por más caracteres diferentes, opuestos o semejantes, sólo hay una manera de querer. Y me refiero a que al final, por muchos estilos de chica y chico que haya, a todos nos hace felices lo mismo: que nos cuiden y nos demuestren que importamos a otra persona. Que se esfuercen para que "eso" salga adelante, aunque haya algún que otro desvío, bache o terremoto en el camino, que no se rindan a la primera. Queremos sentirnos importantes, que no os dé vergüenza demostrarlo delante de vuestros amigos, y que de vez en cuando os preocupéis por aquello que nos ronda por la cabeza, aunque os parezca una auténtica chorrada. Que no os agobie pensar en un período de tiempo superior a la semana que viene, ni os entren ganas de salir corriendo por escuchar la palabra "nosotros".

Y estos son los primeros ejemplos que se me ocurren cuando pienso en qué necesito ver en un chico, y esto es sólo al principio. Nadie dijo que fuera fácil, pero te aseguro que luego acaba mereciendo siempre (o casi siempre) la pena. Y si todas (o casi todas) necesitamos lo mismo será porque realmente no os estamos pidiendo nada del otro mundo. 

Puede ser cierto eso de que "los hombres vienen de Marte y las mujeres de Venus", pero como a todo se le acaba encontrando una solución, te lo aseguro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario