domingo, 7 de junio de 2015

"Eres mi golpe de suerte". Eso me dijiste el primer día, todavía me acuerdo.

"Que no se diga. Que nadie pueda decirnos ese "ya te lo dije" que hace que nos piten los oídos. Que si se intenta, que sea con todas las consecuencias. Porque las mejores cosas son las que vienen sin instrucciones, las que se basan en un "confía y déjate llevar" continuo, hasta que la luz se apaga. Y si se apaga, pues encenderemos las velas, que para eso llevan guardadas en ese cajón tanto tiempo. Esperando a sacarlas en el momento necesario. Que no, que no se diga que no lo intentamos. Que a ti y a mí, a imaginación no nos gana nadie. Que hay algunos que están juntos cada día, y no son capaces de aprovecharse como tú y yo ni la mitad de las veces. Que las distancias no son nada cuando se tienen ganas. Que en mediodía puedes recorrerte medio mundo; levantarte en París, comer en Barcelona y tomar una copa en una terraza disfrutando de la noche en Madrid. Que si se quiere, se puede, y tú eres mi mejor ejemplo. Que a veces hace falta dártela quince veces, para sonreír a la décimo sexta. Que tener que volver a casa antes sólo para oírte cinco minutos compensa la última copa, e incluso la penúltima. Que llega el verano, y con él empieza nuestro momento.
 
Que no se diga. Que apostar nunca fue mi habilidad, pero en ocasiones sólo se trata de cerrar los ojos, cruzar los dedos y seguir tu intuición. Esa que te haga reír al ver el móvil, cantar en la ducha, coger fuerzas para seguir un día más. Porque mientras dure será eterno."
 
Para vosotros, que incluso con el viento de frente, seguís hacia delante. Por aquellos que no se rinden. Por los que se encuentran y deciden no soltarse.

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